lunes, 5 de enero de 2009

Las Bifurcaciones del Ser (part. I)

Me desperté... aún era de noche. Miré a mí alrededor, y no vi nada... pero si la nada es algo, entonces puedo asegurar que vi tu ausencia materializada; tú ser invisible deambulando por mi habitación... la habitación de mi mente: sin salidas ni entradas; sin luz ni oscuridad... sólo queda la imagen del recuerdo de tu voz; de tu cara; del perfume de tu realidad. Esa realidad a la cual yo me aferro y por la cual vivo vulnerable. Por la cual me mantengo en pie y con un itinerario fijo.

Cierro mis ojos, pues cuando están abiertos no veo nada… sólo eternidad. Una vez más me invade este sentimiento de no ser, de presentirme ajena a mi misma. El aire se detiene antes de llegar a mí, y se expande en mí una angustia de asfixia. No puedo moverme, no puedo sentir el aire contenido en mi espacio, algo delgado y frío me oprime el corazón mientras me aferro desesperadamente a la razón… ¡demasiado tarde! He renunciado a mí naturaleza, he dejado atrás aquel espacio mundano que me ataba; Ahora, la sensación es diferente: soy parte del todo y de la nada. Estoy a la deriva del infinito que desconozco. Cada vez me percibo más lejos de mí, y más cerca de algo que no soy yo, ni nada parecido a lo que conozco; este estremecimiento me aterra.

Sigo deambulando en algún punto del infinito, he recobrado ya la calma, aunque presiento que si miro hacia atrás, estará ahí la zozobra infinita, deseándome alcanzar, por eso ya no veo nada de lo que he dejado pasar. Aunque es ridículo decir esto, por que he mantenido los ojos cerrados, desde que sentí que yo, ya no era yo; no he mirado nada con ellos… ¡pero si lo he visto todo! ¿Cómo es posible esto? No lo sé, pero me he dado cuenta que dejé de ser emoción; ya no me ayudan a descubrir el universo aquellas sensaciones limitadas del ser mundano, ahora soy otra cosa; algo que quizá se pueda definir como una sensación; la más pura de ellas. Pensándolo bien, no creo que pueda definir, ni exacta ni erróneamente, ese algo en lo que me he convertido.

Las Bifurcaciones del Ser (part. II)

(...)
Sigo… continúo en este todo que me invade. Me pesa, y aunque no hay cuerpo en mí que sienta dolor, ahora, el sufrimiento es más intenso y diferente; ¡y no hay remedio para esta dolencia!, pues es intangible e interno… ¿interno? ¡Pero si no hay nada afuera ni dentro de mí! Este dolor sólo nace cuando se está a la deriva de lo desconocido, cuando se es fragilidad en medio de un laberinto de piedra a punto de derrumbarse. En cada segundo que permanezco aquí, me voy inventando de sensaciones nuevas: un cosquilleo me invade en dónde antes había piernas; mi pecho se llena de tiempo y espacio; por mis manos no corre sangre, pues no hay venas por donde pueda circular; en ellas sólo circula libertad e inquietud. Quiero sujetar este momento y guardarlo de recuerdo, pero no puedo, aún no me acostumbro a mi nueva morfología (si a esto que soy se le puede definir así), a mi nueva índole, aún no se cómo olvidar mi naturaleza humana tan limitada por lo profano. ¡Cómo quisiera olvidarlo todo y comenzar desde lo que soy en este momento! Antes de vivir esta experiencia, soñaba que estaba recostada en un jardín formidable de grandes árboles, era de noche y el cielo ocultaba todas sus estrellas.

En mi rostro, suavemente el aire, enfriaba mis mejillas, y era en ese instante donde me daba por meditar, al sentirme tan frágil como en este momento. Muchas veces, dentro de mis cavilaciones, pensaba en cómo se sentiría ser viento. “¿Cómo sentirá el Viento al tropezarse con unas distraídas mejillas?” Ese momento ha llegado, ahora ya no lo pienso más, ahora lo siento, pues desde que viré un poco a la derecha mientras sentía como me fragmentaba hacia la izquierda tan bien, me invadió la esencia del Viento. No era “cómo” si sintiera al Viento. ¡Yo era él! No podría describir, ni mucho menos calificar con una palabra que es lo que se siente, pero quiero decir algo que realmente me conmueve: El Viento tiene su propio aroma; El ser Viento, permite oler su propio perfume, uno muy sutil, frágil y delicado, pero (paradójicamente) sumamente penetrante y confuso, pues no se puede definir en un solo aroma, todo lo contrario: el perfume del Viento envuelve la esencia de todas las cosas.

El perfume se ha ido, la sensación me ha abandonado… He dejado de ser Viento.
(...)

Las Bifurcaciones del Ser (part.III)

Quedó en mí esencia, el último aroma que pude percibir antes de dejar de ser Viento, una mezcla de manzanas verdes; y de corteza con hojas recién cortadas. Era muy agradable la sensación que ese aroma provocaba en mi absoluto, pero poco a poco se fue desvaneciendo. Sólo había sido aquel viento pasajero. Así es él, siempre presente en todas partes, pero no permanece en ningún lugar. He de admitir que fue aterradoramente fascinante poseer por un instante al Viento, o… ser poseída por él. Me asusta que esa sensación sea sólo una de las primeras que me aguardan, pues entonces ya sabría que esperar de ahora en adelante: únicamente sensaciones, igual o más aterradoras y extraordinarias como esa. Lo cual no me convencía por completo. Quería dar marcha atrás. Una parte de mí quería regresar a las simples y primitivas sensaciones de un cuerpo humano, pero otra parte, la más fuerte y dominante, deseaba seguir y perderse en el misterio de un infinito aún desconocido para ella. Sentía que en cualquier momento se iba a romper el frágil hilo que aún me ataba a la realidad mundana de donde pertenecía, para así, dispersarme y desaparecer definitivamente de lo que era en lo terrenal y, a su vez, dejar de ser lo que era ahora.
Aún con la desconfianza superpuesta en mis sensaciones, decidí continuar con el riesgo de desaparecer por completo, pues aunque hubiera optado por regresar a mis sensaciones mundanas, no sabía la forma de hacerlo. Estaba totalmente en un falso dilema, pues era como tener que escoger entre dos puertas, y en la cual una de ellas, en donde se hallaba la salida, estuviera totalmente cerrada. Así me sentía, totalmente engañada por el azar.

No había otra opción, tenía que seguir con esta fascínate pesadilla.


POESÍA: Puntos Suspensivos...

***

Somos prioridad entre dos
Mundos sin sentido,
Pequeños fragmentos de
Imaginación pura...

Soledad acompañada de instantes
Intactos,
Sombra de un sueño...
Abismo donde se esconden
Los miedos.

Éramos conciencia ajena,
El reflejo del otro sin sentido,
Era como haberse perdido
A si mismos en la mirada del otro...

***

Ha muerto la luz que te dio
Vida en mi mente,
Ahora eres solo sombra,
Nitidez que se desvanece
En mi pensamiento cansado.

¡He perdido la batalla!
Y estoy sangrando por dentro...
¡No quiero mirar!,
Pero lo siento...
Me estoy apartando de mi misma.

¡Me han hurtado el corazón!
Ya no tengo con que amarte...
¡He cerrado mis ojos!
Ya no puedo buscarte...
Tampoco puedo oírme llamarte.
Sin duda,
Me has abandonado para siempre...

***

Te ibas, y yo no pude retenerte...
¿Para qué?
Si no tenía un corazón
Para ofrecerte.

Me dejaste sola, a la mitad de
Este camino.
¿Tal vez regresarías?
No, nunca lo hiciste.

Me fui yo también a otra parte,
Conciente de que jamás volverías.
Fui arrancando de mí la esperanza,
Desteñí toda ilusión que poseía...
Al final del camino me quedé sin nada:
No había noche,
No había luna,
No había nada.

Se clavó en mí un profundo vacío:
El amor parecía anestesiado,
El anhelo adormecido...
Todo en mi estaba muerto

***

¡Despierto horrorizada!

Aún te escribo a ti,
A un fantasma,
A lo que fue y no será más.
A lo que había olvidado
Antes de empezar a recordar.

¡Y me duermo horrorizada!

Pues
Aún apareces en mis sueños,
Aún me entristece tu mirada.
Todavía siento el anhelo
De volver a verte...
Entonces,
¡Es cuando despierto horrorizada!

***

Esta inexorable angustia
De no verte,
Me roba el sueño al llegar la noche,
Me arranca el aire en un suspiro;
Uno que parece eterno si te pienso...

¡Este castigo de tenerte y no estar!

¡Es asfixia interminable
Cuando no estas conmigo!

***

Te sueño, e imagino,
Que también sueñas conmigo...

Aún retengo el recuerdo de la última mirada,
Aún respiro del último beso que nos dimos...
Casi puedo sentir tu esencia plasmada
Dentro de mis horas que se inundan de ti.

Y
¿Cómo convencerte que te amo?
Si ya todo lo he intentado...

***

Un espacio para soñar...

Alo!

Me llamo Angie y quiero darles la bienvenida ha este blog
(el cual fue creado gracias a una chica que tenía uno yme
gustó la idea de publicar cosas:
Gracias Anita ó Ababiux (http://ababiux.blogspot.com/).

Espero que sea de su agrado las cosas aqui próximamente
publicadas!


Aquí un pequeño adelanto de los que será en un futuro este Blog:
***
Calles desoladas,
Laberintos inciertos de la mente,
Abandono constante de mi mismo,
Blancura ennegrecida por un recuerdo.

Todo aquí es vacío:
Afuera, se consume el mundo
En su sofisma;
Adentro, mis recuerdos
Empacan y se marchan a otra parte,
A un lugar más real que mi propio
Pensamiento.

***






Les envió un cordial saludo!