sábado, 9 de marzo de 2013

No lo hagas...  -me decías-
ya has caído en ese pozo. 

No lo quieras... -susurraste-
No necesitas más quimeras,
más de lo mismo con lo de siempre.


¿Lo deseabas? -preguntaste- 

Entonces todo fue silencio,
silencio entre el pensamiento y la palabra. 
Sólo silencio, aunque en el pensamiento
lo deseaba.






De los sueños que atormentan

Quién diría que serías tú
el que vendría a atormentarme,
a frustrar el sueño que se me niega
casi siempre, que me abandona en la vigilia
muerta y deseosa de sueños.


Ni tú sabías lo que hiciste esa noche
en lo más profundo de mi sueño.
Fue un crimen, sí, no lo niego,
y me arrepiento de pensar que
inconsciente lo deseara tanto como tú. 


Nadie nunca lo sabrá.
Lo prometo...
                      ni siquiera tú.