No lo hagas... -me decías-
ya has caído en ese pozo.
No lo quieras... -susurraste-
No necesitas más quimeras,
más de lo mismo con lo de siempre.
.
¿Lo deseabas? -preguntaste-
Entonces todo fue silencio,
silencio entre el pensamiento y la palabra.
Sólo silencio, aunque en el pensamiento
lo deseaba.
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